A CIELO ABIERTO VOY POR ESTAS CALLES DE MI PUEBLO

A cielo abierto voy por estas calles de mi Pueblo. Busco en el corazón de su geografia los árboles frondosos, el río con yuscas y sardinas, a sus mujeres con la piel cobriza, a sus hombres con las manos callosas. Aquella infancia de pájaros y lunas amarillas. A sus sitios baldíos de trompos y bolillas.
Mi pueblo es igual a los otros pueblos de esta América que sube a la memoria del futuro hurgando sus raíces. Mi pueblo es tan igual… y tan distinto
A cielo abierto voy. A cielo abierto.
Ayer, aviones de caza F16, tanques de guerra con la muerte adentro, bombardearon la Franja de Gaza, sus mezquitas, los lugares santos del Islam.
Israel violaba los Diez Mandamientos mientras caían muertos cientos de niños inocentes, mujeres embarazadas, obreros, estudiantes.
Allí en el centro de la religión judeo-cristiana, Israel violaba al mismo Cristo mientras el Consejo de Seguridad de las Naciones Poderosas apenas si emitían resoluciones sin medidas ni peso. La vista gorda, entonces. Lo mismo que en Irak.
¿A dónde mira el mundo? ¿Dónde nosotros? ¿Dónde Dios?
A cielo abierto voy. A cielo abierto.
La Alexander Gold comunica que no va a continuar con la búsqueda de cobre, y otros metales, en Metán. Los vecinos autoconvocados por la defensa del Medio Ambiente llevan el pecho henchido. Más de 15.000mil firmas impidieron otro ecocidio. El pueblo allí. La palabra. Los días.
Rosario de la Frontera está alerta, a las sierras subandinas les han echado el ojo, lo mismo que sucede o ha sucedido en los Valles Calchaquíes, los cerros de Las Termas guardan en las entrañas tesoros que codicia el Imperio. Habrá que luchar, entonces, sacarle la careta a la mentira, sus dientes de alquitrán, su esqueleto de mica. No queremos para nosotros lo que ellos no quieren para ellos.
A cielo abierto voy. A cielo abierto.
“El Famatina no se toca” es la consigna que los pueblos de Chilecito, Chañarmuyo, Pituil, Capital, en La Rioja levantan junto a la memoria del Chacho, del Monseñor Angelelli y le han cerrado el paso Peñas Negras a los camiones de la Barry Gold, la misma que prometió trabajo en Pascua Lamas, Chile, y que ahora busca explotar minas a cielo abierto con la utilización de mas de 200 toneladas de cianuro y de agua por mes para llevar los metales a los grandes Centro de Poder, mientras en La Rioja queden deshechos, ácido sulfúrico, arsénico, bromo, la muerte en cada árbol, cada pájaro, cada niño. Es necesario una nueva Ley de minerías, derogar la impulsada por el gobierno de Menem.
Qué ejemplo la Constitución de Ecuador que considera a la Naturaleza como sujeto de derecho. Protege a sus pájaros, a sus árboles, al Hombre.
También se dice que en Rosario de la Frontera las compañías crearían fuentes de trabajo.
Habría que preguntarse, entonces:¿Qué madre cambiaría 10 ó 100 ó 1000 fuentes de trabajo por la vida de un hijo?
A cielo abierto voy. A cielo abierto.
Hace cuatro años en Esquel, bajo el lema: NO a las minas, a cielo abierto.el 81% de su población le dijo no a la Meridian Gold Inc.
Y en Cocula, México dijeron a voces NO pasarán
Y en Río Tinto, Uruguay, dijeron no sus hombres y sus mujeres, sus obreros y sus intelectuales
Y en Ecuador, la minera canadiense tuvo que enviar fuerzas de choque contra el pueblo que se oponía a la explotación de las minas.
A Huehuetenango, Guatemala, lo declararon zona libre de minerías.
A cielo abierto voy. A cielo abierto.
Pero estas luchas deben integrarse, también, con otras luchas, como son, por ejemplo, la que se llevan en Iberá, Corrientes, para evitar que LIMSA, instale más de 150 torres de red eléctrica sobre los esteros y pongan en peligro de extinción, al ciervo de los pantanos, al lobito del agua, al yacaré negro y su piel de río y camalotes. Las torres necesitan brea para su mantenimiento, brea que cae al agua y contaminan.
Y destruyan al hábitat y al hombre. Y confinen a los pueblos originarios, que son los verdaderos dueños de estas tierras, al hambre, a pequeñas parcelas donde ni siquiera cabe el humo de los árboles quemados.
Debemos evitar la tala indiscriminada de 1.6 millón de hectáreas de los montes de Salta y que con ellos desaparezcan el zorro, la corzuela, el oso hormiguero, el chalchalero y el quebracho agonice, y el ají sea un adiós picante y contrahecho y el uso de herbicidas produzca enfermedades en la piel, en los pulmones, abortos espontáneos, muerte lenta, porque la codicia no tiene límites y el hombre de negocios mire únicamente lo que le conviene: su cuenta bancaria.
A cielo abierto voy. A cielo abierto.
Israel, en La Franja de Gaza, a estas horas vuelve a crucificar a Cristo.
En mi pueblo, el poderoso de la 4x4 que prostituye niñas, vuelve a crucificar a Cristo.
El que tiene conciencia de lo que está pasando y no dice nada, vuelve a crucificar a Cristo porque nunca más justas las palabras de Ghandi cuando decía que más atroz que las cosas malas de la gente mala, es el silencio de la gente buena” porque “mañana, tal vez, tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podemos mirarlos a los ojos y decirles que vivimos así porque no nos animamos a pelear”
El que no se compromete con el otro vuelve a crucificar a Cristo.
El que no piense un país solidario con los que menos tienen, vuelve a crucificar a Cristo
“Si no le he dado de beber al sediento, ni comer al hambriento”, vuelvo a crucificar a Cristo.
A cielo abierto voy. A pecho abierto.

Texto del libro: La Palabra y los Días, de Hugo Francisco Rivella, para Los Ocultados.
Hugo Francisco Rivella, poeta, nacido en Rª de la Frontera, Salta. Ha obtenido premios a nivel nacional e internacional, entre otros, Primer Premio Poesía Juegos Florales Hispanoamericanos, Guatemala; Primer Premio Poetas Éditos, Sec. Cultura, Salta; Primer Premio Concurso de Raíz Floklórica, Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires. Libros publicados: Caballos en la lluvia; Yo, el Toro; Zona de Otros Días, Agua de mis Manos, y otros.

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